¿Te lanzas al mundo de la gestión de restaurantes? ¡Felicidades!
Es un mundo apasionante, pero (sí, sabías que iba a haber un “pero), es un mundo físicamente muy exigente y que requiere hacer las cosas bien hechas.
Toda esa ilusión que sientes ahora mismo por abrir un restaurante, se va a desvanecer en unos meses si no has sentado unos cimientos estables antes de abrir las puertas.
Para empezar, tienes que ser consciente de tu papel.
Ten muy presente que ser propietario de un restaurante implica trabajar cuando los otros están de fiesta, cuando salen a cenar en grupo, o cuando celebran juntos un cumpleaños, aniversario, o incluso ¡Las Navidades!
Ser propietario de un restaurante no consiste en ser únicamente la cara sonriente que se sienta a tomar copas con los amigos que le visitan de vez en cuando.
No.
Al abrir un restaurante, tu obligación va a ser guiar al equipo y predicar con el ejemplo, asegurándote que todo funcione como máquina bien engrasada, y los clientes estén siempre satisfechos.
¿Sigues con las mismas ganas de abrir un restaurante?
Entonces, por favor, no cometas los siguiente 7 errores antes de la gran apertura.
7 Errores que debes evitar al abrir un restaurante
01 No darle importancia al plan de negocio
Un tema fundamental que forma parte de mi Curso Gestión de Restaurantes, pero que suele ser una asignatura pendiente para la mayoría de propietarios de restaurantes: el plan de negocios.
¿Por qué lo necesitas?
Porque la competencia a la que se enfrenta tu establecimiento hoy en día es feroz.
Un plan de negocios te permitirá entender cuál es tu propuesta de valor única y qué es lo que te hace diferente del resto. En base a esos datos tan importantes, podrás formular un modelo de negocio distinto y/o mejor al de tu competencia.
No solo eso.
Durante el proceso de recopilación de información para crear tu plan de negocio, aparecerán temas con los que de otra manera no hubieses pensado, como las leyes fiscales, la concesión de licencias, y las normas sanitarias.
Es decir, que un plan de negocio:
- Asienta las bases de tu restaurante,
- Te ayuda a encontrar tu propuesta única de venta que permite destacarte por encima del resto,
- Te permite dejar asentado tu modelo de negocio,
- Te evita sorpresas en el futuro.
Importante, ¿no crees?
No pases tu plan de negocio por alto.
02 No tener claro el concepto de tu restaurante
Coherencia: eso es lo que busca el cliente.
Coherencia en la temática, en el menú, en la decoración, en la marca, en el servicio.
Si el cliente entra por la puerta de tu restaurante y no le queda clara la historia que le cuentas, si no consigue entender la personalidad que estás transmitiendo, se va a sentir confundido.
Y cuando eso suceda, ni van a recordarte, ni van a regresar, ni van a recomendarte.
03 No analizar a la competencia
¿Este? ¿¡Qué va a ser competencia!? ¡Yo le doy mil vueltas!
¿Ese pulpo gallego? ¡No tiene nada que ver con el que voy a cocinar yo para mis clientes!
¿Es esta tu mentalidad?
No te equivoques.
Podemos aprender muchísimo de nuestra competencia.
En vez de derrochar tu energía criticando lo que hacen los demás, pregúntate, ¿qué es lo que atrae a la gente de este restaurante?, e intenta aprender de ello.
Pero. ¡ojo cocina!, que digo aprender, ¡NO copiar!
No hagas como tantos otros restaurantes que abren hoy en día con un concepto exactamente igual a otro que ya ha demostrado funcionar.
No. Encuentra tu fórmula única, pero pon en práctica los aspectos de otros establecimientos que llevan más tiempo y han tenido éxito en el sector.
04 No tener presente la ubicación del restaurante
“¡Mi comida es excepcional! Mis clientes van a venir a mi restaurante por mi carta, independientemente de dónde esté ubicado.”
Error. Gran error.
Error que cometen muchos.
Desafortunadamente, lo veo cada día en la Escuela de Hostelería Online de Marketing Gastronómico.
¡Son tantos los alumnos que me cuentan que están felices con la carta que han creado, y que tienen un equipo de primera, pero que aún y así, los clientes se resisten!
Y yo les pregunto: ¿estás bien ubicado?
(¡Aunque secretamente ya conozco la respuesta!)
No. No conseguí una buena ubicación.
Cuidado. Mucho cuidado.
El cliente no siempre irá a un restaurante independientemente de su ubicación.
No lo olvides. La ubicación de un restaurante es tan crucial para su éxito como una comida y un servicio de primera.
05 No desarrollar un menú propio
El menú es la esencia de tu restaurante.
No juegues con él.
Ofrece calidad y consistencia.
No ofrezcas el plato que a ti te gusta sin haber estudiado si le va a gustar a tus clientes o si encaja con el resto de la carta.
Cuanto más conceptualizado esté tu menú, más va a contribuir a forjar la identidad de tu restaurante y, como hemos comentado, eso es precisamente lo que la gente quiere: una identidad clara, con sabores definidos y con un sello único e irreproducible de la casa.
Así que olvídate de esos menús a los que yo llamo “puzle” (un poco de esto, un poco de aquello, pero nada congruente), porque no es eso lo que busca el cliente.
06 Pensar que puedes prescindir de la promoción
Abrir un restaurante comporta mucho más trabajo promocional que esperar que el cliente que pasa por nuestra puerta se enamore de nuestro menú y nos mencione a todo su círculo social.
¡Ojalá conseguir clientes fuese siempre tan fácil!
Pero, no lo es.
Siento ser aguafiestas, pero tu cliente no va a llegar solo.
Necesitas atraerle activamente con una propuesta muy atractiva, y con estrategias de marketing para restaurantes.
07 Pensar que tu equipo se apañará solo
Tu equipo no es el último de la fila.
De hecho, tu equipo es otro de los fundamentos de tu establecimiento, pero sin pautas claras, formación continua, y supervisión constante, tu equipo no va a funcionar.
Así que, si quieres un restaurante libre de conflictos y que funcione eficazmente, dedícale el tiempo que se merece y necesita.
- Empieza por seleccionar bien a tu personal. Te recomiendo que no trabajes con familiares ni amigos. Ten presente que tu relación con esa persona va a cambiar en cuanto te conviertas en jefe, y eso suele comportar muchos problemas. Si no tienes otra opción, deja bien claro desde el principio lo que esperas de ellos.
- Selecciona en base a las capacidades más que la experiencia. Si crees que una persona va a encajar con tu filosofía de trabajo y con el resto del equipo, aunque no tenga toda la experiencia necesaria, contrátala. Ya irá mejorando sus destrezas en la cocina o en la sala con el tiempo.
- Refuerza positivamente. No seas uno de esos gerentes de restaurante que dirige a gritos. El trabajador reacciona mucho mejor ante comentarios positivos que ante un desagradable chillido.
- Fórmalos constantemente. Un restaurante es un ambiente orgánico y propicio para aprender en todo momento. Aprovecha todas esas oportunidades para ir formando a tu equipo, informándole acerca de cambios, mejora en su actitud/aptitud, maneras distintas de hacer las cosas, etc.
- Da órdenes claras. No hay nada peor que un gerente de restaurante que espera que los demás sepan lo que quiere que se haga sin esforzarse en dejarlo claro. Diles lo que quieres que hagan en todo momento: díselo claro, díselo bien y díselo con buenas maneras.
En definitiva: sé un buen líder, una persona que inspira a su equipo a hacer un buen trabajo, a respetar a los demás, y a servir al cliente con todo su cariño y buena voluntad.
¿Sigues con ganas de abrir un restaurante?
¡Eso espero!
Mi intención no era desanimarte, si no prepararte para que puedas empezar esta gran aventura con buen pie, asentando unas bases sólidas.
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Un abrazo, y ¡felicidades de nuevo!
Saludos
Erika
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